

María Zambrano había cruzado la frontera francesa junto a su madre y hermana Araceli hacia el exilio el 28 de enero de 1939. A los pocos días se reunía con su marido, Alfonso Rodríguez Aldave, en el sur de Francia, en Salses, y desde allí partían juntos hacia París.

El libro es un deslumbramiento, un canto al milagro que nos rodea, un viaje por paisajes mediterráneos o sierras insólitas y excepcionales como las Alpujarras o las sierras de Málaga o de las Nieves, donde habita la manzanilla junto al espliego, la amapola roja o los blancos arrayanes.

nace en Málaga (España) en 1963. Cuenta con numerosas publicaciones

Los latidos despiertan en el manto celeste,
movimientos del fuego en las arterias,
se guarda la pequeña chispa.

Sólo sé de lo ínfimo
y del murmullo de las pequeñas cosas,
esas que no llegan a la palabra
como la sombra o el viento
dibujándose bajo los álamos,
en tranquila reverberación.

Terminaste el tejido Penélope
en dónde está Odysseus
revisa el espacio del mar
manda tu hilado
incorpora tus colores

Bañada por el agua dulce y viva.
Si algún rincón tuviera
en mi mente amorosa algún destino
sin dudarlo que es Huerta
quisiera siempre ver su luz de cuento

Con tu dedo índice
al mundo apuntas
y todo se convierte en preguntas.
Identificas a la luna, a los perros,
a los gatos, a los pájaros…

Te imagino pútrida, santa-niña-muerta de ojos-vagos tocando tu canción favorita en la rockola, te imagino sensacional portando ese par de texanas, te imagino con la tráquea seca de tanto cantar a dentelladas; así también imagino el infierno.