Antonio García Velasco
Doctor en Filología Hispánica, poeta
Enrique Baena
Los poetas y el espíritu del tiempo. Aspectos críticos del devenir creativo y de la conciencia literaria
Editions Orbis Tertius, 2021
Enrique Baena nos ofrece un libro doctoral, erudito, sugerente, pleno de enseñanzas, fruto de una acertada investigación en las relaciones de obras de diversos autores, de hipertextualidad y, se diría, de fuentes e influencias literarias.
Dilucida, por ejemplo:
- La influencia de Quevedo en los poetas del siglo XX y, aún, actuales: Valente, Blas de Otero, Morales, Antonio Machado…
- La estela de Goethe con especial atención a Machado: “La verdad de Machado como la de Goethe es, pues, revelación del yo, polifónicamente, pero centrado en el fruto de lo revelado, es decir, su verdad. Y en ello, una cualidad extremadamente común y sobresaliente: los dos grandes se dedican a su vida, su poesía y sus investigaciones únicamente por sus propios medios”.
- El devenir de la poesía moderna desde Nietzsche, donde no explica la aparente paradoja que él mismo plantea: “Nietzsche pertenece así antes a la raza poética que a la de los poetas”. Añade. “…La verdadera desesperación era saberse superior a Goethe y a Wagner, pero saber también que nunca escribiría el Tristán, el Segundo Fausto. Un drama terrible. El drama inmenso nietzscheano: el hombre más dotado para ocupar lugar en la poesía y no ser poeta”. Pero ello no impedirá que el pensamiento de Nietzsche incida en poetas como Baudelaire, Valéry, Kavafis…
En la segunda parte del libro (“Historicidad e imaginario en la creación contemporánea”) encontramos
- Un estudio de la obra de José María Hinojosa, partiendo de la idea del “tiempo onírico” que bien se manifiesta en La flor de Californía, obra del poeta de Campillos (Málaga): “Cuando José María se abre al sueño con Poesía de perfil en París, Europa vive la revolución psicoanalítica y el poeta su lucha particular contra el provincianismo”.
- Una reflexión sobre el nuevo romanticismo en la que presenta como paradigma la obra de José Antonio Muñoz Rojas, a la que dedica reveladores comentarios y al que sitúa en la estela de Goethe: “…el espiritualismo cristiano de Muñoz Rojas, proveniente de estas herencias, muestra un semblante total renovado, como ocurrió en aquel momento romántico”.
- Un acercamiento al “fluir del tiempo histórico” tomando como ejemplo la poesía de Ángel González (Págs. 105 a 162), si bien ya ha tratado el tema del paso del tiempo en Machado o Blas de Otero.
La parte tercena (“Orígenes, tiempo actual y conciencia literaria”) nos va a presentar “La vuelta a los orígenes. María Zambrano y los poetas”, “La creación poética y tiempo actual” y “Actualidad y antigüedad de la conciencia literaria”.
En “La vuelta a los orígenes” comienza recordando a Mallarmé para quien la poesía está hecha sólo de palabras y, con María Zambrano, recuerda que “la originalidad significa realmente, así, una vuelta a los orígenes”. Por ello la pensadora de Vélez-Málaga, “la principal congruencia en el arte del lenguaje reside en el hallazgo de los lugares decisivos de la poesía, allí donde se encuentra la filosofía”. Siguen las notas sobre el pensamiento poético-filosófico de María Zambrano: “…su pensamiento, y en ello su visión de la voz de los poetas, nace en un tiempo dominado por el psicoanálisis de Freud y el subconsciente colectivo jungiano”.
“La creación poética y tiempo actual” nos pone ejemplos de poetas actuales como “La Sangre de Erato” de Inmaculada García Haro, “Amante amante” de Rafael Moreno Calvo, “La música hilada” de Manuel Salinas, “Nunca hay novedad si no llueve” de José Leandro Ayllón y la obra poética de Miguel Romero Esteo, especialmente del extenso poema Los milenios, que prologa el propio Enrique Baena.
“En “Actualidad y antigüedad de la conciencia literaria”, relaciona esta conciencia literaria con el canon establecido: “Formación y canon son dos términos conceptuales mediante los que se forjan el ideal sobre la literatura de nuestra tradición desde la Grecia Antigua”.
Desde el mismo título llama la atención este libro del que, como queda explícito en esta reseña, nos va interesando más y más a medida que profundizamos en su lectura, con la cual se nos abren anchas perfectivas de leer o releer, desde su nueva luz, todas y cada una de las obras que su autor menciona. Tal es su sugerente poder de abrir horizontes en las perspectivas del conocimiento de la literatura en general, de la poesía en particular.

















